6-06-2006... ¿El Día de la Bestia?


“Los ojos del Apocalipsis” de Juan Giménez Una foto que ya había publicado en mi blog anterior porque expresa a la perfección lo que podría ser "El Fin del Mundo".

Inicio de semana, Lunes 5 de Junio y desde el Viernes pasado cuando en un programa de radio que escucho por las mañanas (mientras me estoy preparando para ir a mi trabajo) que mañana Martes hablarían sobre el último mensaje –recientemente revelado- de la Virgen de Fátima y la fatídica predicción para el llamado también “Día de la Bestia”, me puse a pensar un poco en el significado de todo esto.

Yo soy muy respetuosa de las creencias de cada persona, he dicho en varias ocasiones ya en este blog que soy católica, pero tampoco soy una fanática religiosa, y aunque los textos que me imagino que ustedes también ya han leído (porque alguien se los hace llegar por mail o algún otro medio), si están de dar miedo, pienso en cuántas veces, ya no digo “A lo largo de la historia”, sino hablando de un modo más personal: “desde que yo tengo uso de memoria”, se ha dicho y se ha pronosticado el fin del mundo.

Me acuerdo mucho, cuando llegó el cometa “Halley”, muchos lo veían como un augurio de que el final de los tiempos estaba cerca… Lo mismo pasó con el Eclipse del 11 de Julio de 1991, el cual pudo ser visible en más de 10 estados de la república mexicana y que lejos de traer “cataclismos”, sirvió para que las cantantes Vicky Carr y Ana Gabriel (no se si pensando en que podría ser la última oportunidad que tendrían en esta vida), aprovecharan para con gafas oscuras y todo filmar su video de “Cosas del Amor”…Pero ni el mundo se acabó y esa canción se convirtió en una de las más recordadas y “parodiadas” también de esa década.

También recuerdo que cuando el año 2000 estaba cerca, mucha gente decía que la noche del 31 pasarían muchas cosas, e incluso, durante el último eclipse total de sol del siglo XX, hubo muchas reacciones “encontradas” porque mucha gente creyó que se cumpliría una de las profecías del astrónomo y astrólogo francés Nostradamus, quien vaticinó en el siglo XVI que el mundo se acabaría el 11 de agosto de 1999.

…Pero una vez más, tampoco sucedió nada, y este eclipse en particular me llamó mucho la atención, porque así como hubo reacciones alarmistas y negativas, hubo también otras que no lo fueron, recuerdo que en particular guardé los periódicos y mucha información de ese acontecimiento (que voy a usar después para mi novela), porque ese eclipse que fue visible desde el Atlántico del norte y Europa hasta la India, dio pie también para actitudes positivas y llenas de armonía, por ejemplo: un grupo de periodistas de todo el mundo que viajaron hasta esa parte del mundo para la cobertura de ese fenómeno natural que se dio en vísperas de un nuevo milenio, provocó que en el campamento donde ellos estaban, hubiera un ambiente de total armonía y paz… Hubo algunas personas de gustos más excéntricos que pagaron una fuerte suma para viajar a bordo del desaparecido “Concorde” y seguir así en un vuelo lleno de lujos y brindando con champagne la ruta del último eclipse del siglo XX.

Como decía líneas atrás, Las Profecías de la Virgen de Fátima, son como para ponerle la carne de gallina a cualquiera, puesto que hablan de grandes desastres naturales, de guerras, de que “el mal” estará desatado y se cometerán asesinatos, de que la oscuridad se posará por completo en la tierra y exhorta siempre a permanecer en constante oración. Yo no sé nada de eso y no sé hasta que grado sea bueno o malo interpretar todo eso “literalmente”, porque aunque uno no pueda evitar pensar en que muchas de las cosas que todas esas profecías dicen ya están sucediendo, pienso también –Y ACLARO CON ESTO QUE ES MI PUNTO DE VISTA MUY PERSONAL- que el mundo no se va a acabar cuando lleguen los 4 jinetes del Apocalipsis, se rompan los sellos y una legión de ángeles anuncien con trompetas que los cataclismos están por comenzar, puesto que el mundo y la forma de vida, tal cual ahora la conocemos está terminando porque somos NOSOTROS MISMOS, los seres humanos quienes le estamos “dando en la torre” a nuestra propia vida y al planeta.

La bestia a la que se refiere la profecía del día de mañana, no es otra, más la que cada uno de nosotros, como humano lleva inherente por naturaleza, esa que nos hace ser egoístas, que muchas veces nos lleva a hablar mal de alguien sin que esté presente, a envidiar, a ponerle “piedritas en el camino” a quien esté cercano quizá para que no progrese y la que ya hablando a un grado más avanzado de “maldad” provoca que la gente asesine, que dirigentes de países tan importantes pongan a naciones enteras en conflicto y es triste reconocerlo, pero todo eso es parte de lo que somos como especie.

Los seres humanos somos de esencia egoísta, a pesar de todos los inventos y avances de la ciencia y la tecnología, espiritualmente hablando no hemos evolucionado casi nada, no entendemos ni a punta de balazos que no tenemos supremacía sobre la vida y toda esa serie de cataclismos y desastres naturales (como el Tsunami a principios del 2005) no son más que resultado de esa inconciencia que nos está llevando a terminar con el único lugar donde siempre hemos vivido y un mecanismo que la “madre tierra” utiliza no sólo para defenderse, sino para “avisarnos” que la estamos regando y por ahí no es el camino.

Lo más probable es que el mundo no se acabe el día de mañana, ni en el año 2024 (cuando el 8 de Febrero se verá el siguiente Eclipse Solar en México), ni tampoco en el año 2012, -como está indicado por los Mayas sucederá luego de haber vivido el equivalente a 5,125 años solares- pero creo que no sería mala idea vivir cada día como si de verdad fuera precisamente el que antecediera al último de nuestra existencia, para de este modo hacerlo con toda intensidad.

Yo en lo personal a veces pienso, si de verdad hoy fuera el día que muchos esperan cuando Dios regresará a la tierra para pedirle cuentas a cada uno de nosotros, o hablando de modo menos profético y si un poco más realista, si hoy fuera el último día de mi existencia y estando consciente de eso, ¿qué necesitaría yo hacer para poder irme en paz?

Creo que más allá de las profecías y predicciones, eso es lo que debemos tomar en cuenta cada uno de nosotros, y en ese sentido me llama mucho la atención que así como las profecías catastróficas se difunden como “reguero de pólvora", provocando con ello un sentimiento negativo que se apodera del común de la gente, hay quienes buscan provocar el efecto contrario a través de la reflexión y la oración sin importar la ideología y credo…

Yo en lo personal, me inclino más hacia esto y respetando las creencias de cada persona que llegue a este blog, en este día en particular –en que obviamente no se va a acabar el mundo- voy a compartir en los próximos días, la convocatoria que me llegó para unirse al día de “La Gran Invocación”, precisamente porque siento que se relaciona mucho con el efecto contrario a toda esa carga negativa que se origina a través de estas predicciones mal interpretadas que sólo generan pánico, pero sobre todo porque tengo la firme convicción de que Dios no castiga, somos nosotros mismos, quien a través del libre albedrío muchas veces tomamos las decisiones que no son precisamente las más adecuadas, pero eso es también parte del proceso de aprendizaje en esta vida, en la que tal vez –como dice la canción de Soraya que dejo para cerrar el post de este día- para “Rectificar el camino” no haga falta nada más que olvidarnos un poco de todo lo que nos rodea para echar así un vistazo y descubrir todas las cosas valiosas que cada uno de nosotros tenemos en nuestro interior.

P.D. Por lo pronto ya son las primeras horas del día 6 y aún no ha pasado nada...

¡Buen Inicio de Semana!

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“GOTAS DE PERDÓN”

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Entre un diluvio de noticias
parece que el mundo gira hacia atrás
¿cómo imaginarse un futuro?
sin el presente no hay claridad.

Las imágenes siguen rodando
pero la violencia no es virtual
una madre entierra a su hijo
en cualquier idioma duele igual.

Aún corre la sangre en los cerros
la inocencia se pierde entre miedos
las horas se van con el viento
la ideología se esfuma en el fuego.

Le ruego al cielo que haga llover gotas de perdón
para ayudarnos a olvidar y lavar el corazón
le ruego al cielo que ilumine un camino
nos hemos perdido y es hora de regresar.

Basta de vivir sólo de palabras
¿hasta donde se puede huir?
si la tierra no es infinita
no es capaz el alcance del sufrir.

¿Cómo explicar lo inexplicable?
definir quien tiene la razón,
el que gana pierde y el que pierde deja todo
cruzas la meta sin ovación.

Aún matan sólo porque pueden
los minutos vuelan indiferentes
levanta fuerza esta corriente
adormecida se lleva a la gente…

Le ruego al cielo que haga llover gotas de perdón
para ayudarnos a olvidar y lavar el corazón,
le ruego al cielo que ilumine un camino,
nos hemos perdido y es hora de regresar…

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