Balance Interno Para Cerrar un Círculo

De ayer a hoy pasaron muchas cosas… Primero lo de la carta a Dios por el cumpleaños de Iván, que después de más de un mes de estar en el dilema de si iba hasta su casa o no en ese día, la balanza de la decisión final se inclinó hacia el lado de el “No” y mi último regalo para él fue esa carta que envié a su buzón de correo aproximadamente la madrugada del Jueves para amanecer el Viernes (aproximadamente a la 1:00 de la madrugada) y que estoy segura si la leyó.

Algo que se me hace bien extraño y al mismo tiempo sorprendente es que en estos últimos 4 días parece que por fin recibí la respuesta que tanto había pedido, porque la noche previa a recibir el mail con la confirmación de la fecha para el concierto de Laura Pausini (con los otros dos “Marcos” –como les dice ella-) yo estaba pensando en la noche que en vísperas de cumplir un año sola, había ya desperdiciado mucho tiempo dándole vueltas a una situación que para mi (al menos humanamente ya no tenía solución) y preguntándome lo mismo acerca de si con el tiempo todo esto me dejaría ya por fin de afectar y doler.

Soy católica, no me la paso en la iglesia, pero siempre rezo al inicio y al final del día, pero esa noche en particular antes de dormir, le dije a Dios que la verdad, aunque los días más negros ya habían pasado, mis tormentas internas aún no se habían ido del todo y yo me sentía ya muy cansada y desgastada emocionalmente con todo esto y por eso le pedía que a pesar de que las cosas suceden en el tiempo que Él decide, ojalá yo no tuviera que esperar mucho tiempo bajo esas condiciones para recibir una respuesta como la que tanto he necesitado a lo largo de todo este tiempo.

Ni siquiera recuerdo el instante en el que me quedé por fin dormida, (debió haber sido muy tarde), dormí muy tranquila y la verdad no recuerdo haber soñado nada –cosa que es muy rara que suceda- pero al día siguiente ya en el trabajo, llegó el mail confirmando lo del concierto, luego en la tarde la llamada de Iván confirmando que si aceptaba ir conmigo al concierto y a partir de esa llamada, lo que no sucedió en muchos meses se dio: me escribió como si nada hubiera pasado –cuando hacía mucho tiempo ni siquiera contestaba mis mensajes- y me envió una invitación para agregarme como contacto en un sitio que se llama “Gente Box.com”.

Al leer el perfil que él tenía en esa página, no me sorprendió leer que Iván ya está buscando pareja, yo lo sabía desde hace mucho tiempo y se lo pregunté la última vez que hablamos cuando él fue a la oficina y no me respondió, me dijo otra cosa y me cambió la conversación de volada. Le regresé el mail y solamente le puse que en buena onda sólo quería que me contestara ¿por qué a mi me había dicho que no estaba interesado por el momento en ninguna relación? y ¿por qué razón para otra persona desconocida si estaba abierto a darle la oportunidad que meses atrás me negó a mi?

La respuesta es demasiado obvia, pero para no hacer este cuento tan largo, los dos últimos días fueron de intercambiar mensajes en los que se de dio ese diálogo (que yo hubiese querido fuera persona a persona) y en el que ya sin la carga emocional del rompimiento él me respondió todas las dudas que yo tenía y me explicó ¡POR FIN!!! cuál fue la verdadera razón por la que cambió tanto conmigo de la noche a la mañana… ¡Vaya! en pocas palabras logré que me diera la explicación que yo llevaba buscando durante 11 largos meses, que vino a confirmar todo lo que yo en el fondo ya sabía y suponía, pero que él no tuvo el valor para decírmelo cara a cara y pues aunque la verdad duela, le agradecí su sinceridad, porque no es lo mismo que alguien “te mande a la goma” así de repente como si te diera un portazo en la nariz, se vaya y de ahí en adelante haga como si no te conociera, a que “te mande a la goma”, te de el portazo, pero antes de todo eso te explique primero las razones por las cuáles lo va a hacer.

Ayer Viernes, experimenté otra vez muchos sentimientos encontrados, por la mañana me dolía el corazón “físicamente”, que ahora sé que el corazón puede dolerte, sin que eso signifique que estés enfermo o tengas una afección cardiaca (y me di cuenta de eso porque ese dolor sólo lo había sentido una vez, hace varios meses atrás cuando emocionalmente estaba más dañada y una madrugada soñé varias cosas que me dejaron muy intranquila).

Supongo que esta vez fue lo mismo, porque el cerebro es tan “cañón” que seguramente me estaba preparando físicamente e inconscientemente para recibir un golpe fuerte como respuesta. No lo voy a negar, si me dio mucha tristeza confirmar por fin que Iván nunca me quiso de la misma forma que yo a él y que si no hubiera sucedido el día que me fui de su casa enojada porque de plano me ignoró, de todos modos tarde o temprano él habría buscado la forma de terminar la relación con cualquier pretexto, porque ahora me doy cuenta también que desde el momento en que él estaba cambiando y que por más que le preguntaba y le preguntaba siempre ¿qué tenía? y él me respondía que “Nada”, ahí caí en la cuenta por primera vez acerca de que nunca tuvo la misma confianza que yo con él para contarle ABSOLUTAMENTE TODO, y siendo así ¿entonces como podría yo esperar que tuviera el valor para decirme con toda honestidad y frente a frente que ya no me quería?... ¿Tienes la idea de todas las noches de incertidumbre que me habría ahorrado si hace 11 meses atrás él me hubiera dado esa respuesta?

Las cosas ayer, pasaron demasiado rápido, al leer el correo de Iván, sentí muchísima tristeza, pero curiosamente por primera vez no tuve ganas de llorar y a la par de la tristeza me sentí muy tranquila y hasta cierto punto contenta, como cuando alguien te quita un peso enorme de encima y pues se me hace curioso, porque nunca me había sentido al mismo tiempo triste y contenta a la vez… Ahora sé que es cierto eso que dicen de que si pides algo con todas tus fuerzas se te concede y de que Dios tarde o temprano para todo tiene una respuesta… Quizá la otra madrugada me escuchó tan desesperada que decidió darme la que por durante tanto tiempo le pedí.

De la carta de cumpleaños ya no me contestó nada, pero lo conozco, sé que la leyó y estoy segura que la va a guardar con todo el montón de correos y detalles cursis que yo le di a lo largo de 1 año y 10 meses de noviazgo. Curiosamente, recién estaba por salirme del buzón de correo y en el instante después de que había mandado yo mi respuesta a Iván agradeciendo por fin el que se hubiese sincerado conmigo después de tanto tiempo y despidiéndome de él
–¿ahora si por fin?-, me llegó un mensaje de Marissa (una chica amiga mía que también es fan de Laura Pausini), preguntándome ¿si quería que comprara mi boleto para ir al concierto? y como es evidente que después de ese último correo para las circunstancias han cambiado, espero que Iván de por entendido que ya no vamos a ir juntos al concierto, y por eso le dije a Marissa que sí y para hoy, Sábado 3 de Junio, me confirmaron que ya tengo mi boleto para el concierto y supongo que oficialmente soy una “mujer libre” otra vez.

No digo que no me duele, todo el tiempo me ha dolido, he aprendido a vivir con eso todos los días desde hace 11 meses, y quizá el dolor provenga no de el hecho de saber que Iván no me quiere, porque eso lo sé desde el instante mismo en que me fui de su casa y después de todos estos meses en los que con su actitud me demostró que yo nunca signifiqué lo mismo para él; más bien, creo que el dolor a casi 1 año de distancia, proviene de la decepción y la infinita tristeza que me causa saber que la persona que más he amado en mi vida no tuvo nunca el valor para decirme lo que realmente sentía

Para mucha gente podrá parecer tonto que yo reconozca que mis sentimientos por Iván siguen intactos a pesar de todo, pero eso es algo que simplemente se siente y no se controla, puesto que –es irónica la comparación- pero supongo que el amor en este caso es como el anillo que él me regaló, que jamás lo voy a poder volver a usar, pero tampoco me puedo “deshacer de él” por el inmenso valor emocional que tiene, y lo único que puedo hacer es: imaginar que al igual que ese anillo, todos mis sentimientos y mi corazón son algo tangible que se puede guardar adentro de una cajita con la esperanza de que tal vez en un futuro no muy lejano me puedan servir de algo o quizá dejarlos ahí simplemente guardados y algún día, cuando por cualquier circunstancia esa cajita la vuelva a abrir, quizá me encuentre con la sorpresa de que ese amor y esos sentimientos ya no van a estar igual que el día en que los guardé, porque quizá se habrán transformado o regenerado... la verdad, sólo Dios sabe eso.

No sé que vaya a pasar, en este momento me siento contenta, pero al mismo tiempo triste… La verdad yo no imaginé jamás que el alma humana fuera capaz de experimentar dos emociones tan contradictorias al mismo tiempo… Me siento tranquila y triste por la respuesta de Iván, contenta porque a pesar de eso, y de que el futuro sea tan incierto, en el camino (que desde hace tiempo empecé ya a recorrer sin él) se vislumbran muchas cosas padres (lo del concierto de Laura por ejemplo, era algo que yo no hubiera sido ni siquiera capaz de imaginar pudiera ser posible y menos en una ciudad tan cercana a la mía), está lo del carrito y las clases de manejo, la casa nueva donde voy a vivir los siguientes años de mi vida, el proyectillo de trabajo (que ya me cayó una chambita), la ilusión de la guitarra, mis ideas locas de aprendiz de escritora y todos esos sueños -que por decirlo de algún modo- están en “lista de espera” y que son a lo que me tengo que aferrar como náufrago sobre todo en los días difíciles y que de seguro formarán parte en este complicado proceso de “aprender a olvidar”…

Yo no sé si lo consiga, pero al menos quiero aprender a vivir hasta que llegue un día en que logre exorcizar a los demonios internos de tal forma que cualquier cosa relacionada con Iván ya no me afecte ni me haga sentir absolutamente nada y que este balance interno que ha servido para cerrar por fin un círculo, sirva también para yo pueda encontrar en mi interior toda la fortaleza para salir adelante, y aunque en este punto de mi vida estoy más segura que nunca de lo que quiero y lo que no quiero de una relación, estoy segura también de que no voy a volver a involucrarme emocionalmente con nadie, pero no por eso voy a cerrar mis puertas, ni voy a dejar de vivir con toda la intensidad cada cosa que venga, cada día, cada sueño, cada experiencia o situación que me pase, y ya inmersa de lleno en ese proceso que sea Dios quien decida si la vida me vuelve o no a sorprender.

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