Algo Sobre El Enojo y La Ira...

"Anger is the ultimate destroyer of your own peace of mind
Anger never destroy the person who creates your anger. 
Anger simply destroy your peace of mind"...
-Dalai Lama-

El odio, la ira, el apego o los celos, son nuestros verdaderos enemigos. Estos enemigos no tienen cuerpo físico con piernas y brazos, no sostienen armas en las manos, sino que habitan en nuestra mente y nos mortifican desde dentro. 
Nos controlan internamente y nos someten como si fuéramos sus esclavos. Pese a todo, por regla general no nos damos cuenta de que esos engaños son nuestros enemigos, y, en consecuencia, nunca los desafiamos ni nos enfrentamos a ellos; así pues, permanecen agazapados ahí, seguros en el interior de nuestra mente, infligiéndonos dolor voluntariamente.

Las emociones y los pensamientos negativos son a menudo ilusorios o engañosos. Nos juegan malas pasadas.
El deseo, por ejemplo, aparece ante nosotros como un amigo en quien podemos confiar, algo que nos resulta hermoso y apreciado. 

Del mismo modo, la ira y el odio se nos presentan como nuestros guardaespaldas protectores que nos dan seguridad. A veces, cuando alguien va a causarnos daño, la ira se alza de pronto en actitud protectora y nos infunde ánimos y, a pesar de que alguien pueda ser físicamente más débil que su agresor, la ira hace que se sienta fuerte. Da un sentimiento falso de poder y energía, y el resultado, en este caso, puede ser que se acabe recibiendo una paliza. 

Al igual que la ira, las demás emociones destructivas suelen aparecer disfrazadas con ropajes tan engañosos que casi nunca las desafiamos. Esas emociones y pensamientos negativos nos engañan de forma muy parecida; el primer paso para cobrar plena conciencia de su falsedad será alcanzar cierta estabilidad mental. Sólo entonces empezaremos a vislumbrar su naturaleza falaz.


A pesar de ser un monje y un supuesto practicante de la Guía de las obras del Bodhisattva, también yo caigo a veces presa de la irritación y del enfado, y, como consecuencia de ello, dirijo palabras duras a los demás. 
Momentos después, cuando la ira se ha aplacado, me siento avergonzado; las palabras negativas ya han sido dichas y ya no hay forma alguna de retirarlas. Aunque las palabras mismas ya hayan sido pronunciadas y el sonido de la voz se haya extinguido el impacto perdura. 
De ahí que lo único que está en mi mano hacer sea ir a la persona en cuestión y pedirle disculpas. Pero, entre tanto, me sentiré avergonzado e incómodo. Esto demuestra que incluso un breve episodio de ira e irritación da lugar a mucha incomodidad y desasosiego en quien se enfada; y eso sin mencionar a la persona que ha sido víctima del ataque de ira. 

Cuando la mente está dominada por la ira y el apego, una persona puede llegar a enloquecer, y estoy convencido de que nadie quiere caer víctima de la locura. 

Bajo el poder de la ira o el apego cometemos todo tipo de actos perniciosos, que a menudo tienen consecuencias destructivas de amplia repercusión. Una persona que se halle atrapada en esos estados mentales y emociones es una persona ciega que no puede ver hacia dónde va. Con todo, evitamos plantar cara a esas emociones y pensamientos negativos que nos llevan al borde de la demencia. Antes bien, a veces nos dedicamos a alimentarlos y reforzarlos, y, al hacerlo, nos convertimos a nosotros mismos en víctimas de su poder destructivo. 

Cuando pensamos sobre esto nos damos cuenta de que nuestro auténtico enemigo reside en nuestro interior.
"Con El Corazón Abierto"
Dalai Lama
Ed. Grijalbo


"La furia es el destructor último de nuestra paz mental.
La furia nunca destruye a la persona que ha creado tu ira.
La furia simplemente destruye la paz de tu mente".
-Dalai Lama-

Comentarios

sarvavita dijo…
El mejor tiempo invertido, es conocer la mente y como funciona, sólo así podemos aprendrer a trabajar con estos sentimientos, para poder eliminarlos, es necesario comprender como llegan y porqué.

Si se desea ser feliz hay que iniciar desde el interior.

Maravilloso texto de Dalai Lama, que bueno que irá de visita a México, espero que puedas paraticipar, es una maravillosa experiencia.

Un Abrazo.
Diego Escribano dijo…
Interesante texto.
Hace poco,en el último texto de mi blog mencionaba al Dala Lama como referente.
Un saludo
La mente es demasiado poderosa, una vez que ella te domina estás completamente enfermo.
La intolerancia es algo que desde hace un tiempo se ha instalado en mí, debo trabajar para estar bien, estoy trabajando para vencerla.
Victoria dijo…
no sabes como me cae este post este dia...
gracias por compartir sabiduria y calma en este blog Marthita
GRACIAS
Mr. Magoo... dijo…
Me gusto mucho este post, he estado pasando por aqui a leer, tu fuiste de las primeras personas que lei en los blogs, y no podia dejar de pasar. Yo he tratado de leer algunos escritos referentes al budismo, el desapego, como ven la muerte, y me connmueve mucho, la cosa es ponerlo en practica, pero pues al menos estoy ya buscando las respuestas.
Gracias por postear esto, asi lo leo, releo, y me acuerdo que solo me estoy destruyendo a mi si me lleno de ira en vez de paz.
Saludos.

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