El Tiempo Desde Aquí.



¿Recuerdas el sonido que salía de la madera un rato después que las cuerdas de tu guitarra habían dejado de sonar?... Pues bueno, así siguen resonando todavía aquí tus notas y tu voz.

Estoy segura que jamás imaginaste eso... Siempre fuiste tan sencilla y creo que de algún modo jamás dimensionaste lo grande que eras... Aún recuerdo la expresión de sorpresa que se dibujaba en tu rostro cada vez que leías las cosas que para ti escribían o eran capaces de hacer por ti los fans.

Diez vueltas alrededor del sol y cuarenta estaciones han pasado ya... Tu presencia física se ha esfumado del mismo modo que se escapa un suspiro cuando alguien se queda a solas; pero es extraño darse cuenta que en el silencio te haces presente más de lo que tú misma llegarías a ser capaz de creer.

Podría contarte todo lo que ha pasado desde que te fuiste, muchas cosas han cambiado y cada vez que el calendario marca el décimo primer día del tercer mes del año, muchas personas que jamás conociste te recuerdan de muy distintas maneras... Unos quizá a diario, otros tal vez en determinados momentos... O como me sucedió a mi, que tengo guardados tus discos y hace apenas menos de 7 días, tu voz me sorprendió en un centro comercial.

Hablé contigo, pero siempre me quedé con ganas de preguntarte cosas... Te va dar risa, pero ese día del que te cuento, a pesar de que no estabas, sonreí al cuestionarte en silencio, ¿Qué sentías tú cuando te escuchabas en algún sitio?... Sí, así tal y como tú de repente te haces presente en la vida de cada uno de nosotros.

El tiempo desde aquí sigue siendo tan igual y al mismo tiempo tan distinto... Supongo que desde el sitio donde te encuentres serán sin duda mejor las cosas, pero lo que no sabes es que en el breve, pero intenso lapso que estuviste aquí contribuiste a hacer de este lugar algo mejor.

Fuiste inspiración de tantas letras y tantos poemas escritos por distintas manos en tiempos disímiles; pero también fuiste capaz de acompañar a tantos desconocidos en el camino de regreso a casa, en instantes duros como cuando tienes el corazón roto -o al igual que tú lo hiciste- mientras en terapia se defiende a capa y espada el estuche que envuelve al alma.

Regalaste esperanza y sueños envueltos en canciones, y de alguna manera continúas haciéndolo, aunque haya pasado ya tanto tiempo desde que te marchaste.

Desde la primer vuelta al calendario siempre traté de imaginar: ¿cuál podría ser para ti el mejor regalo de cumpleaños? La respuesta la encontré en tus acordes y en el recuerdo de tu sonrisa, se tradujo a la absoluta convicción de que desde la ausencia hacer de este día y de cada uno de los que le preceden, una celebración: la celebración por tu vida.

¿Haz escuchado otra vez el sonido que produce la madera un rato después de que has dejado tu guitarra?... Espero escuchar lo que tengas para decirme en sueños, desde el silencio. Tal vez lo sabré o quizá me quede con la duda, pero mientras eso sucede el tiempo desde aquí sigue siendo para agradecer el haberte conocido, por tu arte y las personas que pusiste en mi camino... También por todo lo que eres capaz de inspirar aún sin estar; y porque el mundo se vuelve un lugar mejor cada vez que alguien te recuerda o te escucha. Ese fue el mejor regalo que durante 37 años de vida estuviste preparando, para dejarnos tú, aquí.

¡Feliz Cumpleaños Hermosa!

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